Dathan May

Dathan May
"La mejor manera de expresar la mala ostia es con una sonrisa... mientras te cargas lo primero que pilles contra la puta pared"

martes, 30 de agosto de 2011

Brutalidad

Joven lumí(1) de sueños destrozados por la brutalidad de su necesidad. Hambre de vida insaciada por la soledad de su mente. Majarí(2) hasta los dieciocho, cuando sus sueños y su ardiente sangre calé la hicieron volar del nido en busca del arte. Su cerebro hervía y sus huesos se molían cada vez que la música emanaba de su muí(3) como brisa de sirenas. Joven lumí de sueños destrozados por su desdicha y su inocencia. Muerta, con los akais(4) ensangrentados fue hallada por la policía, y acabó en una fosa común al no tener familia a la que llamar. Brutal y primigenio balichó(5) quien la llevó hasta ese punto, con promesas de un futuro de brillantes estrellas. Joven lumí de sueños destrozados por el ferviente amor que brotó en su pecho. Amor espinado, de afilados colmillos que le arrancaron la yugular de su inocencia cuando la forzaron. Lloraba por el dolor y por el amor que sentía por aquel busnó(6) sin alma alguna. Joven lumí de sueños destrozados junto con su cuerpo y su cordura.
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1- Lumí: Prostituta
2- Majarí: Virgen
3- Muí: Boca
4- Akais: Ojos
5- Balichó: Cerdo
6- Busnó: Payo. Hombre no gitano.

lunes, 29 de agosto de 2011

He vuelto + "Chiste malo"

Tras tanto tiempo con la inspiración y la ilusión creativa secas como la mojama, casi había perdido la ilusión de volver a escribir un cuento siquiera. Como siempre, el tiempo me ha demostrado que me equivocaba y he vuelto a escribir. Ha ocurrido de repente, como a mi me gusta, y he podido componer un cuentecillo corto que publico más abajo. No puedo asegurar que sea una vuelta al quehacer literario que tanto me gusta, ya no tanto por factores inspirativos sino por tiempo libre, pero tengo una corazonada (espero no repetir ahora la historia de Gallardón).

Chiste Malo.

La risa le asaltó eliminando el poco vestigio de lucidez que aún albergaba en su senilidad. La ironía del momento no quedó patente en nadie, pues estaba ya solo cuando el arranque de locura nació de lo más hondo de su chispa interior, antaño gran fuego hambriento de expansión. Había sido un niño toda su vida hasta ese momento. Con setenta años vió marcharse a su hija para siempre, repudiándolo por motivos que ya no podía juzgar justos o injustos, y solo pudo reír. A cada carcajada su mente se quebraba un poco más, aproximándose a la destrucción más absoluta. Era como si supiera desde aquel momento su triste destino de loco solitario, como si en aquel momento hubiese visto el futuro, a él mismo muerto, desnudo en una bañera llena de leche y con una lengua de vaca en la mano derecha, aunque no sabía con seguridad si era en la derecha, pues nunca la había diferenciado de la izquerda porque para él eran iguales. Y consciente de aquel sino negro, intentó recordar las cosas buenas que había hecho a lo largo de su vida. Pero era difícil recordar en aquel mar de funestas carcajadas que era su vida, que duró desde el momento en que su niñez murió, tardía, hasta su extraña y esperpéntica muerte, que a él mismo en sus últimos instantes le pareció un chiste sin gracia. Pero ni en ese momento pudo parar de reír. Esa risa al contrario que la cotidiana, la que todos vivimos y sentimos, no era señal de felicidad sino mensajera de la tristeza, de el lado oscuro de su yo interior. Y por eso en su llanura de los recuerdos habían desaparecido los momentos felices y solo quedaban las cosas horribles que había hecho y sus momentos de merecida soledad inherente en su carácter de ser marginal, de grano de sal en desierto de arena. La risa estertórica no le permitió ver jamás el error de su vida, el haber sido una deformación constante de la realidad, el haber vivido obsesionado en la tristeza, pues creía que no podría disfrutarla hasta no haber eliminado por completo los fantasmas de su pasado, obviando que aquel fantasma del presente era mucho más peligroso, el que acabaría llevándole a la muerte. Jamás comprendió que el pasado no está para ser borrado, sino para ser corregido en el presente y así poder disfrutar del futuro. Su mujer intentó durante quince largos años abrirle los ojos, incluso a la fuerza, fruto del amor incondicional que sentía hacia él y su hija. Pero el amor fue desapareciendo ante el agotamiento y la falta de resultados ante el esfuerzo, y ella fue la primera que lo abandonó. El tenía cuarenta y dos años y seguía siendo un niño. Pero su hija intentó seguir la labor de su madre y no tiró la toalla hasta veintiocho años después, tras esfuerzos aún más podersosos que los de su madre en intentar que fuese feliz, que se olvidara de todo, que aún estaba a tiempo. Y lo estuvo hasta el momento que ella lse fué, cuando la risa le asaltó eliminando el poco vestigio de lucidez que aún albergaba en su senilidad...

jueves, 7 de abril de 2011

Bandalismo

Mis padres llegaron dos horas después. Pude verlos a través de los fríos barrotes de aquel calabozo. Siempre me había imaginado esa situación con un agrio sabor a sangre de la boca, pero no me habían tocado el pelo, al menos no físicamente. Eran más listos de lo que parecían, ellos eran los buenos, yo el malo. Por muy malo que sea el malo, los buenos son buenos con él.
Durante algunos minutos observé como aquél policía conversaba con mis padres. Mi madre se tapaba la boca, sorprendida por lo que el policía le estaba diciendo. Mi padre preparaba la cartera para pagar la multa que me habían impuesto por "bandalismo". Tras un rato, el policía abrío mi celda, me agarró de un brazo y me levantó con falsa delicadeza. Me llevó hasta su despacho y allí me quitó las esposas y me devolvió a mis padres. Yo no levanté la cabeza en todo el rato, pero si la vista. Le lanzaba disimuladas miradas de odio a aquel pobre policía, que por otra parte no se lo merecía. Era como yo: víctima del sistema.
Hubo un silencio sepulcral durante mucho rato. Mientras mi padre conducía entre la lloviosa noche, no paraba de fumar cigarrillos, que llenaban el ambiente del coche de un olor horrible y de una tonalidad gris bastante clásica. Finalmente habló.
-No entiendo por qué lo has hecho
-¿El que?- Contesté - ¿Qué ye han dicho que he hecho?
-No seas imbécil. Sabes perfectamente lo que has hecho.
-¿Que os han dicho?- Miré a mi madre - ¿Mamá?
-Nos han dicho que te encerraron por bandalismo. Que te habías cargado bancos, cubos de basuras, árboles y hasta atacaste a un coche con una persona dentro.
-De todo eso sólo es cierto lo último, aunque no solo había una persona en el coche.
-Cállate, ya hablaremos en casa.- Dijo mi padre
-No, déjale hablar, quiero escucharle.- Dijo mi madre.
-Todo comenzó a las 8. Unos amigos y yo quedamos para cenar y después ir al ayuntamiento. Había una manifestación en contra de Rita, Camps y, bueno, el PP en general. Estuvimos armando escándalo un par de horas hasta que finalmente la policía intentó disiparnos. Hubo un pequeño alboroto y se destrozó una de esas baldosas de la calle, desecha en pequeños guijarros. Yo cogí uno y lo lancé contra el coche.
-Más o menos lo que nos dijo ese señor- Dijo mi padre- No intentes justificarte.
-No, papá. No estaba en la cárcel por bandalismo, estaba en la cárcel por defender mis derechos. A javi le han dado tres puntos en la frente por el golpe de la porra de un polícia. No estaba allí por destrozar la ventana de un coche. Eso lo hacen miles de personas cada noche y ninguna va a los calabozos. Estaba allí por que me cargué la ventanilla de la limusina de Camps.
Mi padre no dijo nada más y mi madre me miró unos segundos, con una mirada de comprensión. Ella estaba de mi lado, pero le sería difícil hacer entrar en razón a mi padre. Sé que lo intentaría, pero no se hasta qué punto llegaría.
A la mañana siguiente me quedé solo en casa. Me preparé un café y puse la televisión. Estaba puesto Canal 9. Hablaron de mí y dijeron exactamente todo lo que le dijo el policía a mis padres. Instintivamente, pulsé el botón "7" del mando. Era donde teníamos programada TV3.
Pantalla negra, no se veía nada.
Había olvidado que Canal 9 era algo así como la televisión de Libia.

jueves, 10 de marzo de 2011

Reflexion iracunda.

Durante los estudios cursados este año (de forma bastante accidentada) he tenido la ocasión con toparme con unas palabras que me han recordado a mis primeros días como escritor. Al leerlas, me viene a la mente aquella ilusión magnánima de cambiar el mundo. Esas palabras son:

"Exagerar: Esa es el arma".

¿Por qué me sigo negando a escribir realismo, mostrar a unos personajes corrientes en argumentos corrientes y con problemas y soluciones corrientes? Por que hay poco marco para la exageración. Quizás hablar de cuatro locos o de una gran revolución a nivel mundial no sea muy realista, hasta que puede que no muy adulto. ¿Sou un escritor juvenil? No. ¿Soy un escritor joven? Sí. ¿Pienso ser toda mi vida un escritor joven? Sí.

Exagerar, esa es mi constante. Mostrar un extremo irreal, fantástico, como un espejo que no hiciese mas que acentuar tus defectos: Convierte al gordo en Jesus Gil, al periodista en Maria Patiño, al futbolísta en Cristiano Ronaldo. Al vernos en él, sentímos asco. Y el asco solo nos hace querer huir.

Pero yo oculto el asco entre líneas llenas de acción y fantasía, que casi parece mas una gran superproducción de Hollywood que una verdadera novela literaria. Pero el mensaje está oculto, esperado a ser desentrañado por mentes ágiles y despiertas. Esos son los lectores a los que yo me dirijo.

Anarquista, extremista, iluso, joven, inexperto, pueril. Todos esos adjetivos pueden describirme como narrador de historias. Pero seguiré parafraseando a los grandes: Prefiero que se me odie por lo que soy a que se me ame por lo que jamás seré.

No pienso cambiar, no por ahora. Quizás en unos años, meses, semanas, días, horas, minutos lea esto y me arrepienta, pero esa es la base de mi literatura: me muestro tal como soy, sin esconderme, sin corregirme, a la espera de aviesas críticas que me arranquen la yugular de un mordisco. Que me ataquen mordazmente, sin que sepan que a mi a mordaz no me gana nadie. (Antes era demasiado vanidoso pero ahora ya sé que soy perfecto).

Así que yo seguiré a lo mio. Escribiré obras de teatro que exigan fumar a los actores en escena, crearé historias que rompan los cánones de estilo y narración de un argumento y, en definitiva, le tocaré las pelotas a cualquier lector que quiere aguantarme.

He dicho. Pronto volveré, pero quizás no nos veamos si no en otra vida (Brotha).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Vuelta a los orígenes.

La vagancia, unida a esa constante en el ser humano que es la estupidez, había hecho que abandonase mis proyectos. Mis textos ya no estaban llenos de las reivindicaciones que siempre hago, me había dejado llevar por el embellecimiento fácil. Pero me he dado cuenta.

Siempre he dicho que no hay mejor manera de expresar la mala hostia que con una sonrisa... mientras revientas lo primero que pilles contra la puta pared. Yo me he reventado a mi mismo, al yo conformista y, sin ánimo de ofenderme, bastante gilipollas. Pero he vuelto, con mas mala leche que nunca, a meterme con todos vosotros y con todo el puto sistema.

Así que ahora este blog va a cambiar un poco, subiré de vez en cuando adelantos de lo que escribo y algún que otro articulo de opinión. Y mis historias, las cogeré y las editaré en PDF y después las subiré. Todo más cómodo para unos vagos como nosotros.

Dathan May ha vuelto, y esta vez para quedarse

martes, 29 de junio de 2010

Cartas a mí mismo (5)

Fechada el 29 de junio de 2010

"Posible discurso político para cualquier presidente, linder de sindicatos o lider revolucionario que se precie:

Querido pueblo, estamos siendo vejados. Nos llaman de muchas maneras: pobres, campesinos... la que más gracia me hizo fue Sucios Patanes.

Vosotros, Sucios Patanes, estais en una situación que no os mereceis. Durante miles de años, los hombres esclavizamos a las mujeres cuando ellas sostenían el mundo. Nos lavabais la mierda, nos limpiabais el culo y os quitabais el vómito de la camisa, y nosotros os lo pagabamos con lo peor que existe: no consideraros personas.

Ahora, el pueblo es la mujer y los ricos son el hombre. Limpiamos su mierda, hasta tal punto que nos oblican a comerla. Piensan "Esos sucios patanes están ahí para ello, relajémonos y disfrutemos del resto del día".

Pero no somos Sucios Patanes, somos personas más dignas que ellos por que nos ganamos le dinero con el sudor de nuestra frente. Un dinero que no vemos.

¿Adonde fue a parar nuestra dignidad, nuestros derechos? Estan en sus cuartos de baño, sirviendoles de papel higiénico. Por eso, Sucios Patanes, levantaos."

¿Qué pasaría si, algun día, ese discruso se diese frente a millones de personas convencidas de que las cosas pueden cambiar? Frente a un pueblo, descontento, cabreado y posiblemente la mitad de borracho de lo que debería estar para caer en un coma etílico. ¿Qué es lo que pasaría?

¿Acaso cambiarían las cosas?

Se suele comparar el mundo de la economía con un gran pastel. Hay los que comen del pastel (mucho, siempre mucho) y los que no comen nada. El problema es que este sistema y este mundo han convertido ese pastel en algo muy importante.

No soy partidario de que todo el pastel sea para una persona, una entidad o un ente inexistente. Soy partidario que cada persona tenga la misma cantidad de pastel (o almenos muy parecida) en su plato, que la disfrute hasta el día en que sus ojos se cierren para siempre.

Pero seamos realistas, una mesa así jamás llegará...

¿O si?

lunes, 28 de junio de 2010

Cartas a mí mismo (4)

Fechada el 28 de junio de 2010

Creo que me he ganado el derecho a que me lincheis.

Pensadlo, soy la lacra de este sistema económico: soy joven, estudiante (eso quiere decir que os cuesto dinero, patanes), no trabajo y no consigo empleo. Y encima me quejo, ¡SI VIVO A CUERPO DE REY!. Quizás debería aplicarme el cuento, buscar trabajo y salir de esta vida de holgazanería... ¡pero es tan comoda!

Algo parecido dicen los políticos: soy la lacra de este país: no solo trabajo poco sino que encima lo hago mal (ya sea dirigiendo el país o pellizcando en el culo al presidente para presionarle más), los contribuyentes me pagan el sueldo (¡y ya no hablemos de el del rey!), quizás debería aplicarme por hacer de España un lugar mejor pero... ¡ES QUE SE ESTÁ TAN CÓMODO!.

Y claro, vosotros (yo no, yo aun soy menor de edad y, como ya os he dicho, otra lacra de la sociedad)a joderos. Es lo que tiene: no haber nacido pobres. Yo soy hermano de los políticos, estamos en el mismo punto de la escala social. Quizás pueda aprovechar para sentarme a charlar con ellos y darles algunas ideas para cambiar el cotarro.

¡Pero que digo! A lo mas que podría llegar es a sentarme con Mr. Bean, verle sonreír durante el tiempo que durase mi discurso para que luego me estrechase la mano, me acompañase a la salida y le dijese a su vicepresi "¿este qué ha dicho?"

Entonces será mejor que os hable a vosotros, miles de parados (millones, mejor dicho). Sí, Sí, a vosotros. ¿Pero no sois el eslabon débil?. ¿Estais tontos o qué? Esto de no tener trabajo os atrofia el cerebro.

Chavales, que sois cuatro millones.

¿Qué pasaría si os diese por cambiar las cosas? Cuatro millones es mucho.

Os propongo un sencillo plan para coger de los huevos al gobierno. Este plan funciona en cualquier lugar y época donde la política sea tán eficaz como un "papel de lija extra-suave". Y si no estais del todo deacuerdo con él... ¡PUES MEJOR AÚN! Buscad otro, pero con el mismo estilo.

Paso 1: Reuna a cuatro millones de parados en madrid. Queden por SMS, por Tuenti, Por Facebook o por dondesea. Por los viajes no se preocupen, vayan a pata, descansen periódicamente yaprovechen para ponerse en forma, les servirá (ver paso 3)
Paso 2: Una vez todos en madrid, vayan al congreso de los diputados. Mejor si pilla a los políticos fuera para que no puedan entrar. Monte un auténtico muro humano de mas de cuatro millones de personas.
Paso 3: Como todo levantamiento civil no armado, va a encontrarse con muchos "antidisturbios" golpeandole hasta morir. Una buena manera de evitar (o almenos muchos) los golpes es llamar a los medios de comunicaciones y, si puede, no solo a los nacionales. Si los otros paises ven su gesto aplastado por la burocracia, se pondrán como los universitarios se pusieron contra Nixon. Aproveche su recién ganada buena forma, sientese en el muro impenetrable y no se mueva por mas que le apunten, le disparen, le golpeen o se lo pidan amablemente. Puede que haya heridos y, dios no lo quiera, algún muerto. Pero cederán.
Paso 4: Hagase el terrorista. Usted y sus amigos diseñen una lista de sus peticiones. Alguna podría ser la destitución del sistema político actual o, si no se quiere mojar tanto, subir el salario minimo y establecer un "salario máximo". No entiendo como a nadie se le ha ocurrido esto antes. O quizás sí, pero ¿como va a ayudar un salario máximo a la economía de este país?"
Paso 5: No deshaga el entuerto hasta que todas sus peticiones hayan sido debidamente cumplidas. Ah, que usted tapona el congreso de los diputados... bueno, pueden votar todo eso en el baño de la moncloa, por ejemplo.
Paso 6: Una vez se haya disuelto el muro, no estaría del todo mal que formase con sus 3.999.999 amigos un partido político para seguir de cerca los movimientos del gobierno. No, por dios, no gobierne: usted no es político, por fortuna, pero sí que puede presionar.

Una vez haya acabado de reirse de mis ideas, puede terminar de leer esto. Todo esto lo haría yo, pero no tengo alma de líder, me tomarían por un loco. Además, ya lo he dicho, estoy muy cómodo en mi butaca.